Volvimos a alquilar un coche con la misma compañía “america rent a car”, que nos han tratado fenomenal estos días, y vino a buscarnos al hotel, de nuevo, Armando. Es un tipo fantastico de 42 años y chaparrito, que nos ha contado multitud de anecdotas de su vida, de cómo llegó a merida desde mexico df en un tren de 72 horas de duración, cómo en una ocasión en df su primo le tuvo que defender a pistola porque hay barrios que no se puede ir a partir de las 5 de la tarde... Un libro de anecdotas y sorpresas muy interesante y simpatico.También nos ha explicado porqué ponen determinados carteles en las carreteras, como el de las piedras de la foto, que lo ponen porque la gente cuando se avería el coche en vez de poner un triangulo, ponen una piedra con un pañuelo o algo así en medio de la calzada, y cuando se van dejan la piedra en la carretera y no la retiran. O cuando ponen el cartel de “conceda luces”, que al principio no sabiamos porque era, hasta que volvimos un día de noche y vimos que la gente que viene de frente deja las largas puestas siempre, aunque vengan coches de frente... los carteles son para concienciarles de que pueden deslumbrar al que viene enfrente y que por favor bajen las luces... increible.
Armando también nos ha recomendado sitios y playas donde ir (algunas de las cuales no debería haberlo hecho, ya que su camino de acceso no es conveniente para el coche de alquiler) y sobre todo, se ha ofrecido para hacernos de guia/chofer/seguridad en un viaje por las ruinas de palenque (estado de chiapas). Isaac, ya no tenemos excusa para venir todos a mexico a investigar contigo.
Entre tanto, paramos a comer en un pueblecito llamado Macario Gomez, y nos comimos un pollo pibil (es como a la parrilla de carbón), en medio de la carretera, jugandonos de nuevo el síndrome de Copenhague (ver post anteriores).Estaba tan bueno que nos comimos un pollo entero entre dos, aunque los pollos aquí, hay que decirlo, son también chaparritos como ellos.
También paramos en un super a hacer las ultimas compras, y no pude dejar de hacer esta foto al Aceite marca “Patrona” (Ya sabeis algunos porqué) jejejeje.
Llegamos a las ruinas y pudimos ver un campo del famoso juego de pelota de los mayas. Era una especie de baloncesto 3 contra 3 pero la pelota la golpeaban con pies, rodillas y cadera, y no lo jugaban todos los sabados, sino sólo cuando habia mala cosecha o mal tiempo, o algo así, como ofrenda a los dioses y con motivo religioso. De hecho, dicen
que los que ganaban servían de sacrificio con sus vidas a los Dioses. Me imagino a los españoles conquistadores, cuando llegaron a america, jugando al jueguecito y dejandose ganar. Porque como nos pongamos a jugar en serio ganamos todos los deportes que se nos pongan por delante.Que orgullo patrio ir por mexico y cuando dices que eres español, todo el mundo te da la enhorabuena por el mundial, como si hubiera sido yo mismo el que jugó los partidos.
Y por fin llegamos a la piramide, tan alta como la de chichen itza pero en medio de la selva. Con una infinidad de escalones empinados y unas vistas desde la parte de arriba que te quitan el hipo.
La subida mas o menos es factible, si dubes en zig zag y repartes el esfuerzo entre las dos piernas, pero la bajada os aseguro que es de vertigo total, y mucha gente la acaba haciendo sentada en los escalones y bajando con el culete pegado a la roca.
En zig zag es mas facil si no tienes vertigo y además disfrutas de la vista hacia abajo que es como si estuvieras al borde de un precipicio continuamente. Una pasada. Imprescindible para todo el que viaje a esta zona de mexico.
El problema es que a mitad de recorrido, la carretera deja de ser tal, y se convierte en un camino de tierra con mas hoyos que un campo de golf donde seguro que las suspensiones del coche sufrieron de lo lindo. A partir de un determinado punto es un parque natural, y hay que pagar 25 pesos por persona para poder acceder. Se supone que para la conservación del parque. A los tres kilometros está la primera entrada a la playa, y como teníamos tantas ganas de darnos un bañito, entramos.
El sitio es precioso, pero está mal cuidado, sucio y lleno de basuras. No se aprecian en la foto, porque son tapones de botellas, cristales y demás mierda de pequeño tamaño, que me hace reconsiderar si es tan malo la explotación capitalista de los recursos naturales.
Me explico, estas playas son de acceso libre para los locales, que vienen a pasar la tarde, cenar y dejan todo echo mierda. Tambien para los hippies, que por 25 pesos entran, plantan su tienda y se quedan varias semanas dejando todo super sucio.
Eso si, amor y paz, pero de limpiar nada. Y el gobierno los 25 pesos por persona para qué son? Porque las playas estaban super sucias.
En cambio, donde permiten poner chiringuitos de playa y cabañitas y restaurantes, la playa está perfecta. De hecho hay una asociación de establecimientos hoteleros que ponen un fondo común para comprar maquinas y limpiar playas (aunque supongo que primero limpiaran las suyas y despues las del parque, pero al menos algo es algo). Asi que volvimos a playa paraiso, donde estuvimos la otra vez a pasar nuestro ultimo día de excursión caribeña por mexico.
Siento haberme enrollado mucho en el post de hoy, pero probablemente sea el ultimo, ya que hoy nos quedaremos en el hotel vegetando, haciendo la maleta y disfrutando del todo incluido por un día aunque sea. Una ultima cosa tengo que decir. Aunque los touroperadores digan que mexico es peligroso, que te van a robar, que si la policia es corrupta... y demas sandeces, lo unico que quieren es engañar a los turistas para que les contraten todas las excursiones a ellos.
Supongo que hay partes de mexico que serán mas peligrosas, pero en base a nuestra experiencia aquí durante dos semanas, solo tenemos buenas vivencias con todo el mundo, gente superamable, policias serviciales y buenos conversadores. Los vendedores son mentirosillos, pero se les nota que no tienen malicia y en general son majetes todos. Si vas a venir a mexico, lo mejor es alquilar un
coche y lanzarte a conocerlos.
Gracias a todos por habernos seguido y ... hasta el proximo viaje.
